jueves, 26 de marzo de 2009

Necesitamos proyectos reales

Hace pocos días la Asociación de la Prensa de Madrid advertía de que unos 5.000 periodistas podrían perder su trabajo en los próximos meses debido a la crisis económica. Un dato nada alentador y que me hizo comprender que eso de encontrar trabajo a corto plazo se ha convertido en una auténtica odisea. Y es que cada vez somos más los periodistas que tras años de trabajo y esfuerzo vamos a parar, sin ni siquiera una explicación razonable, a una lista de desempleo que cada vez parece más larga y de la que todos queremos salir.
Ser periodista en paro se ha trasformado para mí en una realidad que me ha obligado a ampliar mi formación, por falta de ofertas laborales. Durante seis meses ha acudido a diferentes provincias andaluzas para enfrentarme a entrevistas de trabajo donde piden un profesional polivalente (este término está de moda) con experiencia a cambio de poco más de 300 euros al mes. Un hecho, que pone de nuevo sobre la mesa la precariedad laboral a la que nos enfrentamos en un sector donde constantemente se denuncian todo tipo injusticias (y la explotación laboral lo es) a excepción de las que nos afecta a nosotros mismos.
Desde que llegué por primera vez a la Facultad de Comunicación de Sevilla e inicié mis estudios de Periodismo tuve claro que ser una “plumilla” es lo que siempre había querido y que iba a luchar por ello a toda costa. Y el camino nunca ha sido fácil, porque como muchos compañeros las piedras que he tenido que evitar y las vallas que he saltado, a veces, han sido demasiado grandes. Yo como muchos otros, he tenido que trabajar innumerables horas gratis, conseguir un pequeño contrato, comenzar de nuevo en otra empresa, dejar de ser becaria, hacerme un hueco en una redacción y… digerir de la mejor forma posible un despido inesperado por reducción de plantilla debido a la crisis económica.
Tras ver un poco en que ha quedado tanto esfuerzo, ahora desde la cola de INEM (o el SAE), donde sigo cogiendo polvo, me planteo si ha merecido la pena y si verdaderamente esa inestabilidad, que llega a agotar, es lo que verdaderamente quiero en mi vida. A veces, cuando veo que siguen cerrando periódicos y despidiendo a compañeros, pienso que no. Tengo que reconocer que por milésimas de segundo asumo que cualquier otra profesión puede evitarme muchos problemas, pero es entonces cuando recuerdo a cuánta gente se puede ayudar desde una redacción o institución, cuántas cosas se pueden cambiar con apenas unas palabras o con unas imágenes y, sobre todo, la satisfacción que ello genera. Y es en ese preciso momento cuando vuelvo a darme cuenta que ser periodista es lo único sé y que quiero hacer.
Amo esta profesión y, como mis compañeros, sabemos los problemas reales que hay en ella. Unos contratiempos que juntos podemos cambiar poco a poco, si trabajamos con cabeza, un poco de corazón y mucho esfuerzo. Y es que necesitamos más que palabras, necesitamos proyectos reales que hagan que periodistas como tú o como yo, puedan reciclarse, mejorar sus conocimientos, tener un lugar dónde acudir en busca de asesoramiento y apoyo, un espacio que nos ayude a encontrar nuevas oportunidades laborales o donde convivamos defendiendo nuestros intereses. Un lugar abierto y dónde todos los profesionales del sector tengan su sitio y se sientan cómo en casa.
Por ello, es importante que la Asociación de la Prensa de Jerez resurja con fuerza y consiga llenar este hueco. Porque cuando te sientes perdido o necesitas ayuda, se agradece que alguien te tienda una mano.
Por Blanca Román

1 comentario:

  1. Ánimo.
    Eres una gran periodista, y tendrás éxito en lo que te propongas.
    La precariedad laboral no entiende de crisis, porque también existía con las vacas gordas. Pero ahora algunos están interesados en agravar aún más la situación...
    Hay que plantar cara!!!!!!!!!!!!!!

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